¿Padeces de las dichosas hemorroides?

Parece mentira que hoy día todavía nos siga dando vergüenza hablar de ellas o pedir una simple pomada en la farmacia para su tratamiento. La verdad es que su nombre suena fuerte, y ya ni te cuento si en lugar de llamarlas hemorroides las llamamos almorranas; todavía es mucho peor.
Pero lejos de ser una afección rara y fuera de lo común, la mitad de la población mayor de 30 años sufre hemorroides en algún momento de su vida, y la otra mitad las tiene desde el momento de su nacimiento, probablemente sin saberlo.
Las hemorroides se producen cuando las venas situadas en la zona baja del recto o del ano se dilatan excesivamente, convirtiéndose en venas varicosas. Estas dilataciones, además de ser molestas pueden causar mucho dolor.
Se distinguen tres tipos de hemorroides dependiendo de su localización:
–Internas: si las venas afectadas se localizan en la zona baja del recto, por encima del ano, y están cubiertas por mucosa.
–Externas: cuando se encuentran debajo de la unión del ano con el recto.
–Mixtas: si los dos tipos de venas se ven afectadas.
Solo en algunos casos, los más leves, las hemorroides son asintomáticas, sin embargo los síntomas más comunes son los siguientes:
–Sangrado: suele producirse al defecar. Se puede apreciar sangre entre las heces, en la taza, o en el papel higiénico.
–Prolapso: es el bulto que se genera cuando las hemorroides internas salen al exterior del ano.
–Secreción: se da principalmente en las hemorroides internas. El propio moco que genera la mucosa anal puede causar irritación en la piel, quemazón, escozor, sobre todo durante la defecación.
–Dolor: depende del grado en el que se encuentren, las externas son muy dolorosas, mientras que las internas, en su fase más leve pueden pasar más inadvertidas.
Las causas que con mayor frecuencia originan la aparición de las hemorroides son:
–Estreñimiento: las venas situadas en la zona baja del recto o del ano se ven seriamente dañadas cuando las heces son secas y duras. De igual modo, una diarrea continuada puede originar hemorroides debido a la irritación producida.
–Factores hereditarios: si hay antecedentes familiares, existe un mayor riesgo de que se produzcan.
–Embarazo: es algo muy común durante el embarazo, sobre todo en las últimas semanas de gestación, ya que el gran aumento del útero hace una fuerte presión sobre las venas hemorroidales. De igual forma, se pueden originar durante el parto por el esfuerzo que se debe realizar.
–Posturas estáticas: ya sea permanecer mucho tiempo sentado o de pie, sobre todo por motivos laborales. Esa inmovilidad perjudica enormemente nuestra salud, sobrecarga las venas de esa zona, e impide que la sangre fluya eficazmente ejerciendo sobre ellas una fuerte presión.
–Sobrepeso: el exceso de grasa abdominal también hace presión en dichas venas.
Entre las medidas generales para su tratamiento destacan las siguientes:
-Mantener una buena higiene anal, sobre todo después de defecar. Evitar rascar o frotar la zona para prevenir las infecciones.
-Corregir y prevenir el estreñimiento introduciendo más fibra en la dieta (frutas, productos integrales, verduras, etc.)
–Beber abundante agua; mínimo ocho vasos al día.
–Evitar las diarreas.
–No consumir alimentos muy especiados y picantes.
–Evitar el consumo de alcohol.
–Evitar esfuerzos al defecar y reducir el tempo empleado. Emplear papel higiénico suave y lavar con agua tibia.
–Aplicar hielo o compresas frías para disminuir la inflamación.
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